Ana está cumpliendo años. Se para frente al espejo y al ver su imagen se asusta, grita desesperadamente.
-!Mamá, Mamá vení por favor!. !Soy un monstruo, mamá!, ! Un monstruo! – le decía mientras se miraba en al espejo.
Su madre corre, se acerca y la abraza.
-Nosotros no somos humanos, somos extraterrestres.
-Queeeeeee!!!! Noooo!!! no puede ser…
-Para poder vivir en la Tierra, asumimos forma humana. Sabíamos que en algún momento te ibas a enterar.
Ana está en shock, no comprende esta nueva situación.
-¿Por qué no me dijeron? ¿Por qué?
La charla con su madre dura varias horas. Durante días estuvo asimilando toda la información, varias veces tuvo que repreguntar e investigar.
Jazmine estaba preocupada por Ana, la veía rara, se aislaba pensativa.
-Amiga ¿qué te pasa?¿Por qué estás así?.
-Nada, nada… Si supieras… se decía a si misma.
–¿Qué es lo tan grave que te tiene así?, contame soy tu amiga, quizás pueda ayudarte.
Durante mucho tiempo, Jazmine insistió, le pidió que confiara y le contara.
-Somo amigas y quiero ayudarte por favor, contame.
-¿Sabes guardar un secreto? le dijo
Jazmine quedó sorprendida pero contestó enseguida.
-Lo guardo para siempre – e hizo un gesto con la mano como que cerraba boca con llave.
-Soy extraterreste.
-Jazmine la miró desconfiada, esperando que le dijera que era broma. Pero al ver que no era así asumió que era muy cierto.
-Soy un monstruo, no sabes como me veo, sin mi apariencia humana .
-Y que tiene, todos somos diferentes. ¿Cual es el problema? Te queremos por lo que sos no por como te veas.
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