Era sábado, el día estaba frío y muy lluvioso. David estaba aburrido y no sabía que hacer.
Dibujó, leyó, estiro la cama, se pasó gran parte de la mañana con los vídeos juegos, chateo con sus amigos y primos, navegó por la web y un sin fin de cosa más…
Que aburrimiento que tengo ufaaaaa
-pits pits hey David.
A David le llamo mucho la atención que alguien le hablara. Miró buscando de donde venía la voz, pero como no encontró nada siguió tirado arriba de la cama.
-David acá en el espejo.
David se levantó estaba intrigado, al enfrentarse con el espejo lo único que vio fue su reflejo.
Hizo un par de movimientos y morisquetas, pero todo estaba normal. Al acercarse un poco más para ver si veía algo, su reflejo le dio tremendo susto.
-jajaajaja que buena broma jajajaa
-No me parece gracioso- dijo David.
-Tendría que haber visto tu cara. Es que te veo ahí tirado, aburrido y me da cosa. ¿Querés divertirte?
-Si y ¿cómo?
-Vos me liberas y yo te muestro como.
David se quedó pensando un poco. Nunca antes le había hablado su reflejo.
Me abre quedado dormido y estaré soñando. O será que me estoy volviendo loco.
-Dale David no lo pienses más y libérame.
-¿Y cómo lo hago?- le pregunto intrigado.
-Solo tenes que tocar el espejo.
-¿Así de fácil?.
-Si, así de fácil.
Ni bien tocó el espejo, se metió adentro de él, intercambiando lugares. El espejo era silencioso, un espacio donde nada ocurría.
-Espera un poco que te voy a mostrar como poder divertirte.
El reflejo salió del cuarto en busca de hacer todo tipo de bromas porque él era la parte divertida, chistosa de David. A la primera que salió a buscar para molestar fue a la hermana.
Había salido a bailar la noche anterior con unas amigas y estaba durmiendo.
Entró despacito al cuarto y le pintarrajeó la cara, parecía una payasa.
Después encontró a su mamá tomando un café. Chasqueo los dedos y el tiempo se detuvo.
Colocó sal dentro de la taza y revolvió hasta que se mezclara. Volvió a chasquear los dedos, cuando su mamá tomo nuevamente un sorbo lo escupió, casi vomitó. No entendía que estaba pasando.
-David ¿qué hiciste?- le dijo
-Yo nada ¿por qué?
-¿Que le pusiste al café?.
-Nada mamá yo vine a tomar agua.
Se dio media vuelta y salió de la cocina rapidísimo, ya que no podía contener más la risa.
Necesitaba hacer muchas bromas, una vez que había podido salir… recorrió la casa en busca de su papá, pero no lo encontró. Estaba medio decepcionado pensando que broma podía hacer cuando se sintió el ruido del portón del garaje. Su papá regresaba del supermercado.Volvía cargado. Debajo de un brazo apretado contra el cuerpo traía un bidón con agua y en la mano derecha unas bolsas bastante llenas.
Desde el sillón del living al verlo se le ocurrió que broma le iba a hacer. Chasqueo los dedos deteniendo el tiempo y usando una tijera cortó las bolsas. Cuando volvió a chasquearlos nuevamente todo se cayó y se desparramó. La media docena de huevos que traía se estrelló contra el suelo. El piso estaba lustroso, brillosos, recién encerado.
-Podes, darme una mano en vez de reírte le dijo su papá. Tráeme uno trapos de piso de la cocina.
El lado bromista de David no paraba de reírse. Cuando la madre vio lo que pasaba se agarró la cabeza, se queria morir.
El que no la estaba pasando muy bien era David porque estar dentro de ese espejo no era nada divertido. Había intentado salir varias veces, pero estaba atrapado. Además se sentía traicionado.
Mientras sus padres solucionaban el desastre, el lado bromista de David se puso a jugar con Roco un labrador beige que tenia de mascota. Mientras lo hacía pensaba como podía hacer la mejor, mejor, broma de todas, tenía que ser una fuera de lo común.
-David ¿podés ir a terminar de bajar del auto lo que traje del supermercado?- le pidió su papá.
-Ufa eso no es divertido.
-Dale David ayuda.
El reflejo de David aceptó a regañadientes, ahora lo único que le importaba era hacer la mejor broma de todas.
En el garaje mientras sacaba las bolsas del auto encontró una lata de pintura roja. Pensó unos minutos que podía hacer con ella y cuando vio a Roco, se iluminó.
Le volcó la lata de pintura por encima y salió corriendo con el hacia el living.
Roco entró chorreando, dejando sus huellas por todos lados, pero lo peor fue cuando sacudió su cuerpo salpicando a todos y todo lo que había en la sala.
El lado gracioso de David se tiró al piso a reír, no podía parar de hacerlo.
David estaba furioso, no podía creer en el lio que se había metido. Como les iba a explicar que él no había sido, no le iban a creer lo del espejo. Intercambiaron lugares en silencio, David estaba muy muy enojado.
-No te pareció divertido. ¡Que buenas bromas!.
David no hablaba. Cuando vio que se quedó sin poder usar la consola de videos juegos y el celular por un mes, tapó el espejo con una frazada porque no quería verlo más. Se quería morir. Nunca había tenido una penitencia así.
-No David para no me dejes a oscuras, no fue para tanto.
-No fue para tanto porque la penitencia me la pusieron a mí.
-No te enojes, por favor… Te juro que no lo volveré a hacer.
David se quedó pensando en todo lo ocurrido. Despueś de unos cuantos día destapó el espejo, quería hacerle entender a su lado bromista que no tenía nada de malo disfrutar con alegría, reírse con los demás, pero sin burlarse de ellos.
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